El Museo del Louvre volvió a ser escenario de un audaz robo. A las 9:30 de la mañana, cuatro encapuchados llegaron en moto hasta la ribera del Sena y, aprovechando una zona en obras, usaron una grúa para acceder al primer piso. Usando pequeñas motosierras, irrumpieron con precisión milimétrica y robaron ocho piezas de las joyas de la colección de la corona francesa y huyeron sin dejar rastros. Fue un golpe rápido y perfectamente calculado.
No es la primera vez que el Louvre protagoniza un capítulo de este tipo. En 1911, la Mona Lisa fue robada por Vincenzo Peruggia, un exempleado que entró disfrazado de trabajador y salió con el cuadro oculto bajo su abrigo. Tardaron más de dos años en recuperarla. En 1998, Le Chemin de Sèvres , de Camille Corot, fue sustraída en pleno h