Al parecer, el cinematográfico robo de joyas en el Museo de Louvre fue tan milimétrico como desprolijo. Los últimos peritajes revelaron que los ladrones sembraron decenas de huellas de ADN en las herramientas que olvidaron y hasta dejaron otro cabo suelto que podría delatarlos: el dueño del montacargas , quien dijo que podría reconocerlos.

Las herramientas fueron halladas en el museo y, precisamente, en el montacargas con el cual subieron desde el Paseo François-Mitterrand hasta las ventanas de la Galería Apolo, donde estaban las joyas robadas. Se encontraron dos amoladoras, un soplete, una frazada, un chaleco amarillo, guantes, un casco, gasolina y un intercomunicador . Todo está en manos de los peritos, que confirmaron que los elementos tenían rastros de los ladrones. Es más, h

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