Cuando llega el calor del verano , tener un lugar fresco en el jardín o la entrada de casa pasa de ser un lujo a una necesidad. Pero elegir el árbol adecuado puede ser un desafío : algunos crecen demasiado lento, otros tienen raíces que dañan el suelo y muchos requieren cuidados que no todos están dispuestos a dar.
En este contexto, el cerezo de racimos ( Prunus padus ) se destaca como una opción ideal. Originario de Europa y Asia, este árbol combina un crecimiento acelerado con un alto valor ornamental. En pocos años, puede alcanzar entre 6 y 10 metros de altura , generando una sombra tupida y refrescante que convierte cualquier espacio en un refugio para los días más calurosos.
Sin raíces invasivas: la ventaja del cerezo de racimos
Un gran beneficio es que sus raíces