A medida que el cierre del gobierno entra en su cuarta semana, los republicanos del Senado se dirigen el martes a la Casa Blanca —no para conversaciones urgentes sobre cómo ponerle fin, sino para mostrar unidad con el presidente Donald Trump mientras se niegan a negociar con las exigencias demócratas.

Los demócratas del Senado, por su parte, confían en su estrategia de seguir votando en contra de un proyecto de ley aprobado por la Cámara que reabriría el gobierno, hasta que los republicanos, incluido Trump, accedan a negociar sobre la extensión de los subsidios de salud que expiran a fin de año.

Con ambos lados sin mostrar señales de ceder, no está claro cuánto durará el estancamiento —incluso cuando cientos de miles de trabajadores federales perderán otro cheque de pago en los próximos

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