Si un principio guía el trabajo del italiano Marco Frisina (Roma, 1954), compositor de la Santa Sede y director del Coro de la Diócesis romana, es que la música sacra debe brotar del corazón.
"La misa es oración, los hermanos y hermanas están juntos como en un acto de amor a Dios, y el amor es alegre. No puede ser como en el pasado, el equívoco antiguo de que la música sagrada debe ser seria. La música debe surgir del corazón", afirmó en entrevista el también sacerdote tras impartir, el pasado viernes, una clase magistral dentro de la Cátedra de Arte Sacro de la Universidad Pontificia de México.
Frisina, uno de los más reconocidos compositores de música sacra en en la escena internacional, visita el País para dirigir el estreno mundial de su Misa por la paz y fraternidad de todos los pue