El presidente de Estados Unidos no tarda en nombrar secretario a su mascota y nadie será capaz de decirle algo y mucho menos de marcarle un alto al mandatario.

Así como Calígula en medio de su delito por la embriaguez de poder designó a su caballo Incitatus, cónsul porque le gustaba mucho y le mandó construir una caballería de mármol, así Trump en medio de su locura, quiere convertir una parte de la Casa Blanca en un lugar de esparcimiento.

Del ala este del recinto, que es un símbolo para los estadounidenses será, en un par de meses, en un simple salón de baile.

La frivolidad de una persona que nunca debió dedicarse a la política ahora se manifiesta como un enorme monumento a la locura.

Las obras ya iniciaron, la fachada se derrumbó el lunes 20 de octubre al comenzar la construcción de

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