Por Juan Cristóbal Romero - D irector ejecutivo del Hogar de Cristo
En una céntrica manzana de Santiago, dentro del Colegio San Ignacio de Alonso Ovalle, en el sector más antiguo de la construcción, entre anchas y altas paredes de adobe, se esconde un tesoro inspirador: la habitación de san Alberto Hurtado .
Allí vivió mucho antes de ser canonizado —hecho del que se cumplen 20 años este próximo jueves 23 de octubre—. De esa pieza salió, gravemente enfermo, para morir a los 51 años , un 18 de agosto de 1952, en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, víctima de un cáncer de páncreas.
Ocho años antes, un 19 de octubre de 1944, había fundado lo que muchos consideran “el milagro cotidiano” que lo elevó a los altares: el Hogar de Cristo .
Pocas fundaciones en el mundo pued