Cada vez que Donald Trump abre un nuevo conflicto , el mundo parece contener la respiración. Esta vez, el blanco no fue un rival político, sino el fútbol. Su amenaza de reubicar los partidos del Mundial 2026 en ciudades como Boston, Seattle o San Francisco por supuesta “inseguridad” demuestra hasta qué punto está dispuesto a usar cualquier escenario como plataforma política.

Trump afirmó que “ están tomando partes de Boston ” y que podría “ recuperarlas en dos segundos ”, sin entregar evidencia ni contexto. Dejó en claro que su intención fue castigar a las ciudades gobernadas por demócratas , repitiendo su narrativa de “izquierda radical” e inseguridad urbana. Pero un presidente no debería elegir a qué Estados apoyar, tiene que gobernar y liderar a todo el país.

Michelle Wu

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