Las sierras cordobesas han hecho de espejo sensible para gran cantidad de películas del cine local, que, al mismo tiempo, han ido reinventando el paisaje autóctono desde miradas, autorías y narrativas versátiles. Darío Mascambroni (1988) situó su debut Primero enero (2016) en San Antonio, sitio de Punilla con el que mantiene un lazo afectivo y en el que hoy residen sus padres, y al que regresó para filmar la flamante Lo deseado, en la que da un giro temático en su trabajo. El tercer largometraje del realizador –su segundo fue Mochila de plomo (2018), rodado en Villa María– instala un conflicto familiar en un contexto enrarecido, ancestral, mágico, que se aleja de los dramas naturalistas previos para darle espacio a lo fantástico.
Emma (Liz Correa) viaja a esa zona agreste cercana a un arr