Michael Jordan dice que le gustaría tomar una pastilla mágica para regresar . Que extraña la competencia, que está hecho con ese fuego. En sus ojos se desnuda la pérdida. Es un extravío que duele, que abraza la nostalgia de tiempos anteriores. De hazañas inexpugnables. De una narrativa de VHS que atravesó generaciones, que fue chispa para los que vinieron. Que fue envidia para los que estaban. Que fue admiración para los que ya no estuvieron.
Que fue persecución para todos.
Jordan, el GOAT, el que no habla porque tiene un ejército de fieles que habla por él , desnuda el alma. Dicen, los habituados al esoterismo, que pesa 21 gramos. Pero aquí pesa una tonelada, porque en ese esbozo de humanidad arrastra a toda una generación al objetivo inútil de querer vencer al tiempo . De cerrar f