“ Yo no quiero ser una estadística más, una mujer muerta y mucho menos por querer vivir de mis sueños, de ser artista y algún día poder ser modelo de mis tatuajes, de volver a hacer las cosas que hacía antes. Yo no quiero que mi mamá tenga que enterrarme, porque se supone que los hijos son quienes deben enterrar a sus padres. Tengo miedo porque sé hasta dónde mi expareja puede llegar. Él me ha enviado mensajes con armas… y yo solo pido que esta persona no siga libre ”, dijo con la voz entrecortada Lina Marcela Tovar Garay, una mujer de 28 años que vive con temor constante tras ser víctima de violencia intrafamiliar: cortadas, mordidas, golpes y otras agresiones por parte de su expareja.
Según una sentencia de la Rama Judicial, en primera instancia se le impuso al agresor una pena pri