–(Composición fotográfica RT). La acusación de «líder del narcotráfico» que el presidente de EE. UU., Donald Trump, lanzó el domingo pasado contra su homólogo colombiano, Gustavo Petro, eleva el nivel de conflicto de Washington no solo con Colombia, sino con toda América Latina.

El señalamiento infundado abre un nuevo flanco diplomático, político y de aires «prebélicos». Además, funciona como una «luz verde» para que los movimientos de derecha radical se envalentonen y suban las apuestas contra líderes democráticamente elegidos que no siguen las líneas ultraconservadoras.

El duro dedo contra Petro llega en un momento delicado. EE.UU. mantiene desplegada una poderosa flota naval con destructores, submarinos nucleares, aviones de última generación y, según algunos medios, unos 10.000 hombr

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