El reciente fracaso de la opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell ha generado un clima de cautela entre los bancos españoles, desalentando nuevas fusiones o adquisiciones en el corto plazo, es decir, en los próximos dos años. Sin embargo, algunas entidades ya están comenzando a posicionarse para operaciones corporativas a medio plazo, con el objetivo de aumentar su escala, consolidar beneficios y mejorar su competitividad. Entidades como Sabadell, Unicaja, Kutxabank, Ibercaja y Abanca están ganando protagonismo en las proyecciones de analistas como posibles actores en futuros movimientos corporativos. Javier Cabrera, analista de XTB, señala que "a nivel económico, nuevas fusiones bancarias pueden tener sentido", aunque aclara que "en el corto plazo no vemos procesos corporativos en la banca española, estas operaciones están descartadas". Cabrera también menciona que en un horizonte de dos a tres años, algunas entidades podrían comenzar a actuar, ya que el Banco Central Europeo (BCE) busca fomentar la creación de grandes bancos, considerados menos riesgosos y más resilientes ante fluctuaciones económicas. Antonio Castelo, analista de iBroker, coincide en que el fracaso de la opa de BBVA sobre Sabadell "no cierra la puerta a más consolidaciones, pero las congela temporalmente en el segmento de grandes bancos debido a la complejidad regulatoria y la política observada". Esto podría enfriar el interés por este tipo de operaciones, desplazando el enfoque hacia fusiones amistosas en la banca mediana, impulsadas por la necesidad de escalar en un entorno de digitalización y márgenes bajos. En este contexto, bancos medianos como Unicaja, Abanca, Ibercaja y Kutxabank, junto a Sabadell, se perfilan como protagonistas en las proyecciones de analistas, ya sea por el interés que podrían suscitar en la gran banca o por la posibilidad de unirse entre ellos para aumentar su músculo y cuota de mercado. La fusión entre Banco Sabadell y Unicaja se presenta como la opción más clara. Expertos de Barclays no descartan esta operación y recuerdan que "Unicaja ya ha mantenido conversaciones exploratorias con Sabadell y sigue siendo un candidato estratégico probable". La última conversación entre ambas entidades tuvo lugar en 2024, cuando Sabadell contactó informalmente a accionistas de Unicaja como medida defensiva ante la opa de BBVA. La unión de Sabadell y Unicaja crearía un banco con activos combinados superiores a 200.000 millones de euros, posicionándose como el cuarto banco de España, detrás de CaixaBank, Santander y BBVA. Para Sabadell, esto significaría una mayor escala para competir en un mercado oligopólico, con sinergias de costes estimadas entre 300 y 500 millones de euros anuales, gracias a la reducción de sucursales y la optimización digital. Además, tendría acceso a la base de clientes de Unicaja en el sur de España. Sin embargo, Castelo advierte sobre la posible dilución entre los accionistas minoritarios si Unicaja exige un rol dominante, así como los costes de integración que podrían ser significativos. Desde un punto de vista económico, Cabrera reconoce que esta operación "puede tener sentido", ya que podría generar sinergias que mejoren las métricas de Unicaja, que actualmente están por debajo de las del sector. Unicaja presenta un ROTE (Retorno sobre el Patrimonio Tangible) del 11,9%, en comparación con el 14,4% de Sabadell y el 20,4% de BBVA, el más alto del sector. A pesar de las ventajas potenciales, esta fusión tiene escasas posibilidades de concretarse a corto plazo, dado que el banco catalán acaba de salir de una situación compleja.