De un tiempo a esta parte los españoles hemos visto pasar por nuestra vida diferentes acontecimientos y decisiones que han puesto a prueba el equilibrio y la serenidad que nuestra democracia merece. Lo preocupante es que son algunos de los representantes que nos hemos dado quienes la ponen a prueba, a menudo de un modo que a muchos de nosotros nos produce vergüenza ajena. ¿Pero es ajena de verdad? O es que además ignoramos cómo es nuestro propio proceder cuando nos colocamos ante la variedad de cuestiones que atraen nuestra atención y nuestro juicio en el tablero de la política y de sus conflictos, cuando votamos, cuando elegimos, cuando apoyamos o vituperamos.

Hay un Centro de Investigaciones Sociológicas que, según reza en su sitio web, cuenta con un “personal técnico” que “elabora los

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