Hacer ejercicio en forma regular tiene beneficios conocidos: ayuda a controlar el peso, mejora la salud cardiovascular y la calidad del sueño. Pero por diferentes factores, entre los que se incluyen el dolor, los problemas de movilidad, la fragilidad o el miedo a caerse, hay actividades que para muchos pueden ser difíciles de sostener, como correr, caminar rápido o levantar peso.
En esos casos, el ejercicio acuático se presenta como una gran alternativa. "Es una excelente manera de enfocarse en la actividad física en un entorno donde la gravedad tiene menos efecto sobre el cuerpo", explica en un artículo difundido por la Clínica Mayo Kimberly Olsen, fisioterapeuta de esa institución en Minnesota, Estados Unidos.
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