Más allá de la responsabilidad que pudiera tener el excoordinador del Consejo Estatal de Concertación para la Obra Pública (Cecop), David Mendoza, por el desvío de más de 60 millones de pesos de las cuentas de esa institución a cargo de un malagradecido y uña larga exfuncionario, aun no detenido, percibo cierto interés mediático por “golpear” su figura, y de paso, la del Gobernador.
Conozco a David, y sin meter las manos al fuego por él, creo que es una persona con un interés genuino de aportar lo mejor para el Estado y de ayudar desinteresadamente a la gente, pero sobre todo, de no fallarle a su amigo y jefe político, el doctor Durazo.
Si tuvo alguna participación en los hechos fue el exceso de confianza y/o la falta de una estricta vigilancia en el manejo del presupuesto.
Pero de ahí