Las canas son una de esas señales con las que nuestro cuerpo nos avisa del paso del tiempo. Es cierto que no siempre lo hacen al mismo tiempo. Algunas personas llegan a la vejez con algo de pelo de su color original todavía, mientras que otras ya solo tienen canas a los 30 años. Por motivos sociales y culturales que va siendo hora de destronar, en hombres puede darles aspecto de maduritos interesantes, mientras que en las mujeres se identifica como un signo de dejadez. Dejando a un lado lo injusto que es esto, la realidad es que la llegada de las canas al pelo suele ser bastante temida, por lo que saber que pueden ser el resultado de una acción beneficiosa supone, como mínimo, un consuelo.

Es algo que ha demostrado recientemente un equipo de científicos de la Universidad de Tokio co

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