Los funcionarios de la Dirección de Costas no acuden a la entrega de las llaves de la sede de la entidad, condenada a la desaparición por incumplir la ley, y piden que la directiva las lleve a Barcelona

Un pequeño grupo de socios aguardaban esta mañana en el interior de las instalaciones del Club de Mar de Sitges la llegada de la comitiva judicial a las ocho de la mañana para entregar las llaves de sus instalaciones y dar un último adiós a una entidad con 73 años de historia. Tras años de una defensa enconada y que solo ha permitido ganar tiempo e ir retrasando el cierre definitivo y unos últimos días de vaciado del recinto tras dar por imposible la operación de salvamento, daban por hecho que este jueves sería el último día de agonía para una institución condenada por la Ley de Costa

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