“¿Podemos lanzar misiles a México para destruir los laboratorios de drogas? Nadie sabría que fuimos nosotros”. La frase, pronunciada por Donald Trump en su primer mandato, no era un exabrupto aislado: era la semilla de una idea que, según un reportaje de Jonathan Blitzer en The New Yorker, volvió a germinar en la Casa Blanca apenas Trump regresó al poder.

El objetivo inicial: México. El desenlace: Venezuela se convirtió en el “objetivo evidente” para una demostración de fuerza que evitara “consecuencias de segundo y tercer orden” con el principal socio comercial de Estados Unidos.

El texto, titulado El verdadero objetivo de la guerra de Trump contra los barcos narcotraficantes, reconstruye cómo, desde enero, dos facciones dentro de la Administración Trump chocaron sobre Nicolás Maduro.

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