Apatzingán, Michoacán -En los campos de Apatzingán, el sol vuelve a caer con la misma intensidad de siempre. Los hombres siguen cortando limón, pesan las cubetas y los camiones parten rumbo a los centros de acopio. A pesar del miedo, la Tierra Caliente no se detuvo tras el asesinato del líder limonero Bernardo Bravo Manríquez , ocurrido el lunes pasado. La producción sigue, pero las heridas siguen abiertas.
La región produce alrededor de 800 mil toneladas de al año, lo que equivale a 800 millones de kilos. De cada kilo, los productores aseguran que una parte va a parar al crimen organizado. No se trata de cifras menores: “Nos cobran entre dos y tres pesos por kilo”, cuenta uno de los citricultores entrevistados por La Silla Rota . “Eso significa que cada año el narco recibe entre

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