Más de la mitad de los directores de centros educativos públicos de Barcelona se reunieron ayer para compartir su preocupación por la forma en que se atiende los alumnos que requieren ayudas y una especial atención en el aula por sus características (discapacidad, trastornos) o su condición de pobreza. Se siente desbordados por el número de alumnos escolarizados con necesidades educativas especiales y por la falta de recursos para atenderlos correctamente. Además, consideran que no se les escucha ni se les reconoce el papel que ejercen. Y dan datos que requieren una reflexión: la mitad de escuelas no tienen aulas de acogida para alumnos inmigrantes que no conocen la lengua y el retraso en la valoración de alumnos con trastornos o discapacidad es altísimo: la cola en los diagnósticos se

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