Alejandro Kirk ha demostrado que la corpulencia física no define el talento, especialmente detrás del plato, una de las posiciones más exigentes del béisbol

Alejandro Kirk no es el típico catcher que juega una Serie Mundial. Para empezar, mide apenas cinco pies con ocho pulgadas y pesa 245 libras. En algunas ocasiones dicen que lo han confundido con un trabajador del estadio, por su apariencia física.

Pero el originario de Tijuana ha demostrado que la corpulencia física no define el talento, especialmente detrás del plato, una de las posiciones más exigentes del béisbol. En esta postemporada ha brillado también con el bate al sumar tres jonrones, 10 imparables y siete carreras anotadas.

Este viernes, cuando los Azulejos de Toronto reciban a los Dodgers de Los Ángeles en el Juego 1 d

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