Tener una vivienda es algo fundamental para nuestra supervivencia, necesitamos un lugar donde sentirnos seguros , calentitos y tranquilos, para poder descansar del mundo laboral o escolar. Es la sensación que tenía Maricarmen , una mujer de 87 años, que lleva en su casa siete décadas, desde los 17 años. Allí es donde se ha criado, ha crecido y donde fallecieron sus familiares más cercanos (sus padres y su hermano). Hasta hace un tiempo disfrutaba como otro cualquiera de su hogar día tras días, hasta que un fondo buitre compró la vivienda y comenzó este calvario que igual termina con ella en la calle.

El edificio ubicado en el barrio madrileño del Retiro, recientemente fue comprado por el fondo Urbagestión , que ahora le oferta dos opciones a Maricarmen; aceptar la brutal subi

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