Basta revisar el catálogo femenino de la Narrativa Latinoamericana del siglo XX para darse cuenta de que algunas escritoras no estaban jugando a ser vanguardistas sólo por el deseo de innovar formalmente, sino para transformar la vida de las mujeres.

En mi aula había un debate sobre si algunas escritoras podrían considerarse subversivas cuando sus personajes eran esposas, madres, heterosexuales, románticas, cuya forma de resistir era el adulterio, la muerte o la escritura en casa. Sus acciones eran demasiado mínimas para mis estudiantes.

¿Por qué sólo podemos reconocer la resistencia como acción? Aunque este es un criterio válido para juzgar películas o series actuales, ¿podemos aplicar un test de Bechdel en contextos de profunda desigualdad y opresión? ¿No hay acaso otras formas de resi

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