El autor barcelonés, nacido en 1943, ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Este reconocimiento se debe a su "decisiva aportación a las letras en lengua española del último medio siglo". Su obra, que ha sido traducida a varios idiomas, incluye la novela "La verdad sobre el caso Savolta" (1975), donde combina elementos de la novela gótica, la ciencia ficción y la novela negra, junto a un particular sentido del humor y sátira.

Durante su discurso en el Teatro Campoamor de Oviedo, el autor expresó su sorpresa y honor por el premio. Afirmó: "Este premio ha sido para mí una sorpresa, un honor, una alegría y también un incentivo". Se describió a sí mismo como una "joven promesa de la Narrativa Española" y destacó que el galardón no es un reconocimiento a su persona, sino a su obra, que es el resultado de muchos factores.

El autor recordó su infancia rodeado de libros y personas que fomentaron su amor por la lectura. También mencionó su educación estricta, que, aunque opresiva, le inculcó virtudes que considera útiles para su carrera literaria. "Gracias a lo cual salí vago, malgastador y un poco golfo, tres cosas malas en sí, pero buenas para escribir novelas", comentó.

Refiriéndose a su ciudad natal, Barcelona, el autor la describió como "cálida y soleada, tranquila laboriosa y conservadora", pero también como una ciudad con un pasado turbulento y criminal que ha influido en su escritura. Agradeció a sus amigos, familiares y editores, reconociendo que su éxito es también el resultado del apoyo de quienes lo rodean.

El autor concluyó su discurso expresando su gratitud y reflexionando sobre la importancia del respeto y la relatividad de las cosas. A pesar de no ser optimista ni pesimista, manifestó su deseo de disfrutar del presente y no quejarse de lo que falta. Su intervención fue emotiva y dejó claro que valora profundamente la lealtad y cariño de sus lectores.