Ariadna Pons (El Masnou, 1991) ya soñaba de pequeña con diseñar yates y barcos de vela. “Creo que porque mis padres, regatistas aficionados, se conocieron navegando, y mi hermano y yo hemos navegado siempre con ellos, incluso cuando mi madre estaba embarazada”, recuerda. Tan obsesionada estaba con su futura profesión que, con once años, llegó a enviar una carta, en castellano, a la Universidad de Southampton, Reino Unido, la más prestigiosa en el ámbito de la arquitectura naval, para pedirles que, por favor, le guardaran una plaza. Y desde allí, “alguna secretaria con buen corazón” le respondió que sí, que le guardaban la plaza, “pero que antes tenía que estudiar mucho y portarse muy bien”.

“No sé si estudié mucho ni si me porté demasiado bien, pero lo cierto es que lo conseguí”, se ríe

See Full Page