La República Bolivariana de Venezuela ha expresado su firme rechazo a las sanciones impuestas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos contra el presidente colombiano Gustavo Petro, su familia y otros funcionarios de su gobierno. En un comunicado oficial, el gobierno venezolano califica estas acciones como ilegales, ilegítimas y violatorias del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.

El comunicado destaca que el presidente Petro es el único mandatario colombiano que ha enfrentado de manera directa al narcotráfico y a las redes asociadas con políticas perjudiciales, incluyendo estructuras con conexiones en centros de poder en Estados Unidos. Según el texto, estas sanciones son vistas como "mecanismos de agresión y presión política" que atentan contra la soberanía y los derechos humanos de los pueblos.

Venezuela condena estas acciones, afirmando que buscan "criminalizar al Presidente Gustavo Petro" y promover la desestabilización interna en Colombia. El gobierno venezolano considera que estas medidas son parte de una estrategia de injerencia que pretende someter políticamente a los Estados independientes de la región.

Además, Venezuela exige el cese inmediato de estas prácticas coercitivas y hace un llamado a los gobiernos y pueblos de América Latina y el Caribe para que defiendan la soberanía y la dignidad de la región frente a cualquier forma de injerencia. El comunicado refleja la postura de Venezuela en un contexto de tensiones políticas y diplomáticas en la región, subrayando la importancia de la solidaridad entre naciones latinoamericanas.