El siniestro vial ocurrido en la madrugada en Angaco, donde un conductor identificado como Pedro Reinoso chocó violentamente contra un eucalipto en la calle Aguilera, no solo dejó un saldo de un herido, su acompañante Marcelo Mauricio Laciar Olivera, sino que expuso nuevamente la crisis de la conducción bajo los efectos del alcohol en San Juan. El resultado de la prueba de alcoholemia a Reinoso arrojó una cifra estremecedora: 2,32 gramos de alcohol por litro de sangre.
Este nivel, que supera ampliamente el límite legal de 0,5 g/L y duplica con creces el límite considerado para la configuración de un delito culposo, provocó la reacción de una especialista en seguridad vial de la provincia, Jorge Ibañez.
La “visión borrosa” y la pérdida total de reflejos
Dibujando el escenario de lo que s

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