Esta pasada semana se ha celebrado el Dia de les Verges, cuyo dulce ahora obligado son los buñuelos. Originariamente en esa fecha las niñas pequeñas recorrían domicilios de parientes y allegados para cantarles una canción o simplemente visitarles. Su visita y canción eran gratificadas con algún obsequio dulce, por lo general un sencillo penjoi de uvas pasas. Más adelante fueron sustituidas por distintas frutas e incluso con otros obsequios, entre los cuales y sobre todo en Palma se fueron haciendo habituales los buñuelos. El éxito alcanzado por éstos, más usuales en la fiesta de Tots Sants, los convirtió en su emblema gastronómico.

Estos bien conocidos dulces son una de las llamadas frutas de sartén con una trayectoria más larga y añeja. Sus orígenes parecen remontarse a la Grecia Clásica

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