Antes de que Peter Lim pisara Mestalla por primera vez para presenciar aquel Valencia - Elche del que se cumplirán este próximo sábado once años, prácticamente, nadie imaginaba que llegaría el día en que el Villarreal se presentase a un derbi en la avenida de Suècia como el club más dominante y poderoso de la Comunitat Valenciana. Una combinación entre el trabajo coherente de los dirigentes amarillos, desde su primer ascenso en 1998, y la negligente gestión de la administración Meriton lo ha conseguido.

El Villarreal visitará València como tercero de la Liga y uno de los participantes españoles en la UEFA Champions League. Enfrente, un equipo blanquinegro decimocuarto en la tabla y en su sexta temporada consecutiva apartado de las competiciones europeas. La transformación -este intercambi

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