Un año después de la Dana que azotó la provincia de Valencia, el consumo en la zona más afectada casi se ha recuperado, aunque con grandes diferencias entre municipios, especialmente en localidades como Alfafar, Massanassa y Sedaví, donde la actividad comercial aún no ha alcanzado los niveles previos a la catástrofe.

Según un análisis elaborado por CaixaBank Research, el gasto de los residentes cayó a la mitad en los días posteriores a las inundaciones, pero se recuperó con rapidez y un mes después ya crecía por encima de la media nacional, debido a la reposición de bienes. Esta tendencia se ha mantenido durante el último año, aunque la brecha con el resto del país sigue abierta, aunque se ha ido reduciendo. Una recuperación que fue más lenta para los comercios: su facturación se desplomó

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