La decisión del gobierno de Estados Unidos de suspender la certificación de Colombia en materia de lucha contra las drogas marca un nuevo punto de tensión en las relaciones bilaterales. El Departamento de Estado anunció que no certificará al país bajo la Ley de Asignaciones Extranjeras, argumentando que las políticas del presidente Gustavo Petro han resultado ineficaces para contener la expansión de los cultivos ilícitos y el narcotráfico. La medida implica la suspensión de varios programas de cooperación y asistencia financiera que, por décadas, han sido pilares de la estrategia conjunta antidrogas.

Aunque la decisión era previsible, representa un golpe simbólico y político significativo. Desde Washington se advierte que la administración Biden ha expresado preocupación por el au

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