El nuevo impuesto a las transferencias digitales que estudia el Gobierno nacional está despertando preocupación entre contadores y empresarios, especialmente entre quienes sostienen su negocio con ventas diarias y márgenes estrechos; ya que aunque la propuesta se presenta como una retención en la fuente del 1,5% sobre pagos digitales comerciales, y no como un tributo nuevo, los expertos advierten que su impacto sería inmediato en la liquidez de los pequeños comercios.
Para la profesora Lorena Gutiérrez, directora del programa de Contaduría Pública de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, la medida llega en un momento inoportuno y explica que “aunque el Gobierno recalca que no se trata de un impuesto nuevo, para el comerciante la realidad es otra: recibe menos dinero en el ins

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