En los veranos, el cielo está completamente negro cuando Raúl Cruz llega a este cañaveral de Valle Imperial para comenzar su jornada. Corta, limpia y ata la cosecha, y toma precauciones al amanecer. Es un trabajo duro, pero también lo es empezar a las 4:00 de la madrugada, aunque sabe que es lo más seguro cuando las temperaturas en este desierto de California suelen superar los 38 grados centígrados (100 grados Fahrenheit).

“Simplemente tenemos que hacerlo porque necesitamos combatir el calor”, dijo Cruz, quien ha trabajado aquí durante 15 años. Terminan de trabajar a las 9:00 o 10:00 de la mañana para evitar el riesgo de insolación, agregó, pero cuando el calor empieza a aumentar alrededor de las 8:00 de la mañana, “mentalmente es estresante”.

El clima cálido que convierte a esta región

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