Cuando la ideología sustituye al respeto, los amigos se vuelven enemigos y las ciudades pierden su alma. Popayán vive hoy una fractura social que pone a prueba su cultura, su historia y su identidad.
Cuando nos entregamos a las ideologías, convertimos a los amigos, familiares y vecinos en enemigos. Desconocemos al otro, aunque su puerta esté contigua a la nuestra. Abandonamos el afecto, el respeto y el reconocimiento de quienes no piensan igual; y, enceguecidos, solo vemos adversarios. Perdido el rumbo, se quiere destruir todo: paredes, muros, iglesias. Así han empezado los exterminios, los genocidios y las guerras mundiales.
Protesta o vandalismo disfrazado de causa
¿La indignación o la lucha por una causa, como la palestina, implica la destrucción de lo que la propia cultura considera

PERIÓDICO VIRTUAL

AlterNet
New York Post Shopping
Essentiallysports College Sports
14 News Sports
The Babylon Bee
The Daily Beast