San Mamés arrancó la tarde en buena armonía y la cerró con una mayúscula crispación provocada por el arbitraje de Isidro Díaz de Mera, el colegiado que expulsó a Ernesto Valverde en La Cartuja por unas protestas que acarrearon cuatro partidos de sanción al de Viandar de la Vera. Se contuvo esta vez el técnico en la zona de banquillos en medio de la incapacidad de sus jugadores para hincar el diente a un sobrio Getafe, pero no así Iñigo Lekue, quien vio la tarjeta roja directa en los compases finales por protestar una de las últimas acciones que encolerizaron a toda la grada.

Unai Simón, al término del choque, lamentó en sala de prensa que el trencilla no cortara la sucesión de “pequeñas faltas” del cuadro azulón y afirmó que en su opinión “no ha sido un acierto poner a Isidro a ar

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