Tiene derecho el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que encara otro invierno en el frío exilio belga, a sentirse engañado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero sólo a condición de que sea verdad, como se afirma en el entorno de quien fue uno de los máximos responsables del procés separatista, que el jefe del Ejecutivo le prometió que los efectos prácticos de la ley de amnistía, para él y el resto de los condenados, serían una realidad en un plazo de seis meses. No estamos en condiciones de afirmar si el líder del PSOE hizo o no esa promesa, pero de lo que sí estamos seguros es que en ninguna circunstancia estaba en su mano cumplirla en ese plazo, como venían advirtiendo la inmensa mayoría de los expertos juristas de este país, lo que convierte al actual presid

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