Como cualquier simbionte, el que se unió a Spider-Man u otro de la vida real, la relación del cómic y la prensa escrita de Estados Unidos fue beneficiosa para ambos. Por un lado, su publicación diaria ayudó a popularizar un género nuevo y, por otro, las historias contadas en viñetas ayudaban a fidelizar lectores. “Si es un día flojo que no ha pasado nada, quizá no comprabas el periódico, pero si estabas siguiendo una serie pues ya te motivabas, sobre todo en una época, principios del siglo XX, donde las opciones de ocio eran más limitadas y esto era un aliciente”, explicaba Jaume Vaquer, uno de los mayores coleccionistas de cómics de España que ha cedido 54 originales de su colección privada para la muestra Obras maestras a diario , que alberga, en el marco del Salón del Cómic, la Sala Z

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