El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso estofado de pollo con presa grande, papita amarilla, arroz blanco graneadito y ajicito molido. Para la buena digestión se pidió una jarrita con agua de cebada tibiecita. “María, el viernes estaba por irme a dormir después de trabajar todo el día, pero sonó la ‘llamada ganadora’ en mi celular . Era el gran Pancholón, el abogado mujeriego . Se escuchaba salsa a todo volumen.

‘Chato, no seas malo, cómo te vas a dormir, si la vida es una sola y la noche es joven. Baja urgente, somos los que somos, dame que te doy’. Cuando llegué, el gordito ya estaba movido y cantaba a todo pulmón uno de sus temas preferidos de Josimar. ‘Yo soy un vagabundo/ que anda por el mundo/ derrochando amor/ Yo soy un mujeriego/ Pobre, muy sincero/ con el corazón

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