Cada último domingo de octubre , los relojes se retrasan una hora para dar paso al horario de invierno . Aunque el cambio apenas supone sesenta minutos , sus efectos pueden sentirse durante varios días. Cansancio matutino, sueño interrumpido o falta de energía son algunas de las molestias más comunes.

Según la Sociedad Española de Sueño , estos desajustes se deben a una alteración temporal del ritmo circadiano , el sistema interno que regula el sueño, el apetito y la temperatura corporal. Este "reloj biológico" necesita entre tres y cinco días para sincronizarse con el nuevo horario.

Durante este breve periodo de adaptación, aplicar ciertos ajustes en la rutina diaria puede marcar la diferencia. Te contamos algunos trucos para adaptarte rápidamente al horario de invierno.

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