En Madrid se toman con mucha calma las amenazas de Carles Puigdemont y su representante en la capital, doña Míriam Nogueras . Las atribuyen a la necesidad del vecino de Waterloo de hacerse notar, de demostrar su existencia e influencia en el curso general de la política.

Sobre un tablero de ajedrez o en el tapete de las cartas, Junts no puede plantear un jaque ni lanzar un órdago porque ni le dan las piezas ni los naipes. Además de que hay que saber jugar al ajedrez y al mus, especialidades de las que Puigdemont, como la mayoría, es un absoluto ignorante.

Por más vueltas que le dan, los estrategas de Moncloa y de Ferraz no ven cómo un anuncio solemne de ruptura por parte de Puigdemont les puede afectar. En el Congreso ya se han acostumbrado a que Junts vote en contra del PSOE y S

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