Mi amigo ha sido un anfitrión extraordinario. Nos ha dirigido unos días de estancia en San Sebastián. Respetado en la capital donostiarra por su calidad profesional y humana, su versatilidad es consecuencia de su inteligencia y su amor a la libertad, que no empece para arraigar valores profundos, humanos y cristianos. Amigo vía familiar de Gregorio Ordóñez -del que fui complemento como delegado de Deportes en la Universidad de Navarra-, admira espacios de reflexión como el Chillida Leku , el museo del escultor que fue azotado por la intransigencia abertzale, ídolo devenido en barro para los amantes de la barbarie.

El manifiesto de Chillida con otros intelectuales, "Aún estamos a tiempo" , nunca perderá vigencia. Le costó un intento de atentado precisamente hace veinticinco años, el

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