Claudia Vásquez Aquino recuerda con gran cariño el encuentro con la presidenta Claudia Sheinbaum tras haber bordado el vestido de la Presidenta. Foto: Especial
Hasta hace poco, a Claudia Vásquez Aquino la señalaban en el tianguis. “¿No te da pena vender ahí?”, le decían. “¿De qué te sirvió ir a la universidad si terminaste bordando?” “Mira a la licenciada…” Lo que no sabían es que a ella no le daba vergüenza bordar. Que su poder estaba en sostener la aguja entre los dedos, en cada puntada que casi siempre dibuja una flor del Istmo de Tehuantepec, su tierra natal. Su arte trascendió al mundo con el vestido que lució, el primer día de su mandato, la primera mujer Presidenta de México.
Hoy, esas mismas manos que antes fueron motivo de burla, son reconocidas en una dedicatoria escrita de puñ

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