Marisa y Teresa fueron sólo algunas de las cientos de personas que hicieron una eterna cola este domingo en Elche para recoger las tachuelas en la ermita de San Crispín . «Es tradición, es un gesto que ha pasado de padres a hijos porque nos sentimos protegidos», decían estas hermanas que llevan tres décadas dedicadas al aparado y se encomendaron al patrón de los zapateros para pedirle un año de dicha, salud y que no falte el trabajo.

Un día de fiesta

El santo salió este domingo arropado en romería por multitud de ilicitanos, se dedicasen o no a este sector referente en la ciudad. Ya desde primera hora de la mañana la algarabía se sentía en las inmediaciones de la parroquia Madre de Dios de Carrús , desde donde partió una animada comitiva al son de la banda de música y equipada con

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