La Generación Z, cansada de promesas y discursos políticos vacíos, ha puesto en jaque con sus protestas a gobiernos de todo el mundo en distintos continentes y ha exigido que se cumplan sus derechos en un contexto de múltiples crisis, como pandemias, guerras o recesiones.

Muchos jóvenes nacidos entre aproximadamente 1997 y 2010 han salido en los últimos meses a las calles de ciudades como Katmandú, Yakarta, Lima, Casablanca o Antananarivo para pedir reformas estructurales ante un sistema político y económico que no responde a los desafíos actuales de su generación, marcados por la inflación, la Inteligencia Artificial o la crisis climática.

Según un informe elaborado recientemente por la consultora Deloitte, las principales preocupaciones para la Generación Z –retratada como apolít

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