DESDE Sariñena hasta la dirección del Instituto Cervantes de Los Ángeles, la trayectoria de Javier Muñoz-Basols está marcada por el arraigo, la vocación y una profunda pasión por el español.

Criado en la avenida de Huesca, en un entorno familiar lleno de vida, recuerda con especial cariño las noches jugando en la calle hasta que su madre, Carmen, lo llamaba desde el balcón. Su padre, Miguel, trabajaba incansablemente en la gasolinera y el campo, y como cuarto de seis hermanos, vivió una infancia compartida entre juegos, afecto y responsabilidades. “Sentir a toda la familia cerca creó un ambiente seguro y lleno de cariño”, rememora.

Su formación en el instituto público Monegros Gaspar-Lax fue decisiva. Allí, profesores comprometidos “como Teresa Cuello, profesora de francés, fui la pr

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