El presidente ultraderechista no debe creer que los argentinos le dieron un respaldo monolítico a todo lo que hizo o dejó de hacer

El presidente Javier Milei salió triunfal y sonriente de la contienda, y eso ya es muchísimo, dada la ciénaga en la que parecía hundirse. Orilló el 41% de los votos a nivel nacional, le sacó un amplio margen al peronismo y otras fuerzas opositoras, y tiene derecho a festejar. Pero cuando las aguas se aquieten debe encarar un desafío aún mayor. Debe recalibrar su gestión, debe trazar alianzas legislativas y para eso debe recalibrarse él, lejos de los gritos, de los insultos y de la motosierra. ¿Podrá?

La Argentina organizó este domingo sus elecciones legislativas nacionales de medio término, en las que se renovó la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio

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