Todos somos en cierta medida la unión entre aquellas personas que quisimos y nos precedieron en el mundo, y quienes nos sucederán

Mi padre murió antes de que yo naciera. Tal vez por eso siempre me han fascinado los ecos del pasado, las huellas a partir de las cuales es posible evocar lo que fue y ya no es. También a quienes nos dejaron, a quienes ya no están. Por ejemplo, me conmueve descubrir que un rasgo que creo muy mío es, en realidad , una herencia indirecta de alguien a quien no llegué a conocer.

Así me ocurrió con las motocicletas. Mi pasión por las dos ruedas me viene de Aitor, un vecino de la casa de verano que mis abuelos tenían en Haro. Aitor conducía una BMW de gran cilindrada. Cuando desde nuestra casa escuchábamos el rugido del motor arrancando, mis primos y yo, que tenía

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