" Esto puede ser una bomba, pero una bomba nuclear que ninguno de nosotros espera ” , decía ayer a la tarde, minutos antes de que cerrara el horario de votación, un ministro que había recibido información privilegiada del propio Javier Milei. Las conjeturas sobre el resultado de las elecciones se habían modificado en los últimos días en la cima del poder, pero nunca se llegó a dimensionar que se podía estar frente a una victoria tan grande, por encima del 40 por ciento de los votos, que incluyera un triunfo en la provincia de Buenos Aires. Había, incluso, funcionarios de primera línea que, hasta la semana pasada, advertían que se podía perder hasta por cinco puntos. El Presidente habló anoche de la concreción de un milagro. Dicen que hubo que apaciguarlo durante un largo rato antes de

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