Los seres humanos, algunos más, algunos menos, sabemos para qué sirve la columna vertebral. Sabemos también dónde queda: la podemos señalar, sentir, cuidar y sufrir. En el caso de Medellín y el Valle de Aburrá pasa casi que al contrario: todos los días vemos de frente la columna vertebral de más de 100 kilómetros que nos atraviesa. Sabemos dónde queda, pero rara vez sabemos para qué sirve, mucho menos tenemos noción de cómo cuidarla y si acaso la sentimos solo cuando nos duele, como ocurrió la semana pasada, cuando de tanto caer agua se formó una creciente que a su vez se llevó buena parte del material que sostiene la vía del metro.
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Después de siete días de trabajos sin parar, con todas las ent

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